lunes, 21 de noviembre de 2011

Historia de la Escuela rural Constacio Cecilio Vigil







Con la creación de esta escuela, situada a diez kilómetros hacia el Oeste de la localidad de Laborde, todos los requerimientos de los vecinos fueron satisfechos. Las posibilidades de atender la educación de los niños que vivían en el campo, de no desmembrar las familias, de construirse en el centro de la vida comunitaria de la zona, se vieron ampliamente cumplidas.

Nació el 26 de marzo de 1962, según el Decreto número 1256 del Gobierno de la Provincia de Córdoba y comenzó a funcionar en el campo del Señor Fanor Maurino, vecino del lugar, con la Señorita Nélida Leonor Egea como docente, contando con la colaboración de la Señorita Noris María Salvay.

Se la llamaba simplemente Escuela “Santa Elena” recogiendo así el nombre del lugar, pero el 4 de enero de 1966, ya con su denominación Oficial, “Contancio Cecilio Vigil”, se trsladó a su nuevo edificio que se levantó sobre la superficie de una hectárea, donada por Camilo Salvay y Catalina Comba de Salvay.

El esfuerzo de todos los vecinos, el deseo de ver en el lugar a la escuela donde sus hijos pudieron concurrir, determinó desde siempre el acercamiento de padres y lugareños para constituirse en Comisión Cooperadora y Club de Madres, instituciones de apoyo escolar, firmes pilares de esta escuela que creció material e institucionalmente consolidándose en el medio y en la zona escolar.

Las designaciones de personal docente titular en el cargo de directora determinan el paso de:

Nair Isabel Frandino (1962-1068) – María Julia Deganis de Salvay (1968-1982) – Delia Seoane de Kunz (1993-1985) – Leonor Luciano de Merlo (1985-1990) – María Isabel Marengo de Marioni (1990-…).

Pero también otros nombres se agregaron en el desempeño del cargo, por diferentes motivos: Teresita Galiano, Ofelia Furrer de Monge, Teresita Jarrys de Gioachini, Ana María Gallucci, Delia Ferro de Griffa y María Emilia Arceo.

Muchas docentes contribuyeron a realizar la obra de la escuela con sus distintas actividades, algunas como maestras jardineras, de actividades manuales, de educación física, de religión, tratando que la formación del niño se complete en todos los aspectos.

Muy acompañada por los miembros de la Comisión Cooperadora, la dirección de la escuela planeó actividades que resultaron fructíferas en su faz material.

Al edificio inicial se le hicieron modificaciones y ampliaciones que cambiaron su estructura adoptándolo a las necesidades y brindando todas las comodidades a docentes y alumnos que en él se desenvuelven.

El confortable salón de reuniones y fiestas es aprovechado para brindar a la comunidad de la zona todo tipo de actividades sociales-comunitarias y culturales, tan necesarias para mantener los valores de unión, fraternidad, comunicación y participación que hacen a la esencia del ser humano comprometido con una obra educativa.



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